Libérame del ángel de tu sonrisa, de tanto acierto, tanta certeza me deja sin aliento.
Cuando terminé de ver por primera vez el videoclip Certeza, de Liuba María Hevia, acto seguido, escribí un poema, un poema de amor. Diciendo esto tal vez les creo curiosidad y dejar el poema por acá es lo menos que puedo hacer: Un día de diciembre,/no estoy segura cuál,/me quedé a dormir en tu silencio,/me quedé a vivir en tu sonrisa,/¡Libérame!/Que volveré a entrar cada diciembre,/como si entrara al hogar más luminoso.
Sin dudas hay préstamos de la canción, más cuando Certeza es un tema que en su cadencia lleva inmerso el disfrute del amor, el esplendor del encuentro deseado, las serendipias que sorprenden a dos amantes. Certeza festeja la complicidad y exalta la belleza, se le desborda la ternura en cada sílaba. Certeza es luz.
El videoclip, estrenado en febrero de 2024, tiene la poesía que cabe en las palabras vida, viaje y naturaleza. En la animación y el difícil arte de crear maquetas se advierten cuotas altísimas de creatividad. Lástima que no aparezcan los créditos del director. Les aseguro que correría a hacerle una entrevista. Sí, es un videoclip que no trae inscrito los nombres de los hacedores de tanta magia. Quién sabe, en este caso me gusta pensar que es señal de modestia.
Aquí cada imagen es una obra plástica, una caricia para las pupilas. Cada elemento (maletas, rosas, barajas, abejas, árboles, la casa, los barcos de papel, las partituras, la máquina de escribir, el colibrí) construye un universo de coincidencias, caminos y mensajes sutiles. En la idea de miniaturizar los personajes, en especial a Liuba, encuentro una verdad mayor: siempre somos pequeños ante la grandeza del amor.
En este videoclip descubro el sentido de la fragilidad que se hace palpable en la pareja de madera, en el corazón que cuelga como péndulo y luego arde en llamas, en las palabras que quedan sin decir porque no hacen falta. El diálogo del amor es capaz de venir en clave e incluso así, revelarse en la belleza de lo cotidiano.
Si me pidieran eliminar algún elemento del audiovisual, no lo dudaba, podría prescindir del televisor en blanco y negro con la imagen realista de la trovadora. Para mí, basta con la construcción del mundo en miniatura para contar la historia, sensibilizar y conmover. En el clip Certeza el público desempeña un rol activo en la construcción de significados, en el ejercicio de rellenar los espacios en blanco, como diría Umberto Eco. Hilvanando la lluvia de elementos presentes en el material hay un fino hilo poético que como tela de araña teje todas las certezas, esas que se traducen en la palabra amor.