Desde niño, el joven realizador Ariam Valdés tenía una inclinación inconsciente por las pantallas, un ojo inquieto y crítico que lo hacía imaginar modificaciones en los productos audiovisuales que no le gustaban, siempre con el deseo de crear alguno propio. El interés por lo relacionado con este mundo fue en ascenso.
“(…) los programas de edición llegaron a mí investigando y comencé a realizar mis primeros trabajos como autodidacta hasta que en el 2010 inicié los estudios en la Universidad de las Artes ISA en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual”, recuerda Ariam sobre sus primeros pasos en el arte.
En la etapa de estudiante creó trabajos en perfiles como la fotografía, sonido, edición, producción y dirección en cortometrajes, documentales, videoclips, entre otros: “Me fui dando cuenta como el audiovisual es una de las herramientas de comunicación más poderosas del siglo XXI y de que eres responsable de lo que transmites cuando se crea un material”.
¿Cuál resulta el sello que distingue el trabajo de Ariam Valdés?
“Hablar de sello desde mi propia perspectiva me es difícil. Cada trabajo que realizo, y en especial los videoclips, son resultado de la propuesta musical que me llega del artista. Algo que siempre trato es engrandecer el tema con la imagen que se le crea, acompañarlo, darle vida propia y que tenga algo que destaque por sí solo, son metas que tengo presente desde que desarrollo la idea. Quizás estéticamente hay detalles o formas que están en cada trabajo, lo que si trato siempre es tener diversidad de un video con otro”.
Para Ariam Valdés la libertad de creación resulta el elemento más importante por encima de la preferencia hacia un género musical en específico. Aunque no en todos los trabajos lo ha podido poner en práctica, disfruta desarrollar historias que cuenten la letra de la canción en el clip.
“En varias ocasiones se tiene un pie forzado para crear y no se parte de cero, lo que repercute en el resultado de alguna forma. En esto de hacer video hay que tener una constante comunicación con lo que se quiere realizar y que todos estén de acuerdo, muchas veces hay que ser selectivo y preciso con lo que se hace y lo que no”.
¿Qué considera que sea lo más complejo a la hora de filmar un clip?
Actualmente creo que lo más complejo a la hora de filmar es conseguir todo lo que tu mente creativa sueña para tenerlo en la puesta en escena: la locación perfecta, el transporte, lograr tener los permisos que deseas y no tener inconvenientes que atrasen el plan de rodaje planificado. Tratar de hacer más con menos es una de las hazañas que hoy en día tenemos.
Agrupaciones como Yuly & Havana C, Buena Fe y el artista joven Ale Ruz, han confiado en Ariam Valdés para llevar sus temas a un videoclip. Este trabajo de varios años ha hecho que se creen lazos entre realizador/artista que contribuyen a un mejor acabado.
“Siempre trato con cada artista que trabajo de tener buena química, es esencial para trabajar juntos y tiene que ver con cómo soy como persona, quizás he hecho más vínculos fuertes con unos más que otros por azares de la vida”, comentó.
Sobre la realización audiovisual que se hace actualmente en Cuba, Ariam refirió que, desde un enfoque general, tanto el cine, la televisión como los medios alternativos se hallan en constante transformación y pasan por un proceso que le impone retos, tropiezos y cambios. Lo anterior se acelera después de la llegada de Internet y las tecnologías, donde las personas pueden adquirir una cámara y tener sus propios productos sin el apoyo de una institución. Añadió que: “Si pudiera describir con una frase diría que “todavía hay mucho trabajo que falta por hacer”.
¿Qué proyectos mantienen ocupado a Ariam en estos momentos?
Actualmente me encuentro trabajando en varios proyectos. La realización de un cortometraje, otro videoclip de Yuly & Havana C, otro video a Ale Ruz -esta vez como artista solista-, una colaboración del joven cantante Leo Nuevo junto a Stefano, y otros proyectos que no puedo mencionar todavía.
Para el joven realizador cubano Ariam Valdés: “Hacer un video es como tener un niño propio que nace, se desarrolla, y se le tiene cariño, por lo cual hay que ser orgánico con lo que realizas; ser consciente de cada aspecto estético que llevarás a la práctica, y tratar de no tener límites mientras todo se maneje artísticamente”.
