En la presente edición de los Premios Lucas, como es de esperar, el nombre de José Rojas destaca entre los nominados.
Creador, nacido en las aulas de diseño, apostó por el audiovisual como medio de expresión humana y profesional y a su favor muestra, cada vez, un trabajo más diversificado en cuanto a variedad de géneros musicales y de estéticas discursivas por asumir. En cualquier caso por mucho que disten, el avezado ojo del creador audiovisual favorece a que el televidente pueda encontrar en ellos más de un punto de convergencia. Justo ahí se enmarca su estilo.
Es el uso del color uno de los elementos distintivos del decir de José Rojas, tal vez un espíritu pop le une a concepciones formales que bien valdrían un análisis más especializado pero lo cierto es que al ver sus trabajos se les reconoce por un cromatismo en que rojo, amarillo y verde- ocasionalmente- complementan el discurso musical. Ellos coadyuvan a una dinámica de movimiento, de extrapolaciones temporales, de sentido lúdico que conforman un estilo definido y depurado.
A partir de estas generales, Rojas ha sido nominado en esta edición con cuatro propuestas; dos de ellas, vinculadas a la música popular bailable, “La fiesta del amor”, tema interpretado por Alain Pérez y “Sigue ese camino”, de la Orquesta Failde. Otra arista de su trabajo en esta oportunidad se aprecia en la propuesta pop “No es normal”, a cargo de los jóvenes Javy Boy y Otto. Una clara muestra del concepto de pop urbano lo constituye el intérprete Valzinder quien hace gala de histrionismo y complicidad con el televidente a través del tema La selfie, donde el jolgorio es la reafirmación del fascinante mundo internauta. Son las categorías música popular, pop, pop urbano y la especialidad de dirección de arte en las que compite este siempre joven buscador de esencias dentro de la atractiva combinación de imagen- sonido, que es el audiovisual.
Rojas no deja de hacer arte cada vez que se enfrenta al lente y, por demás, suele jugar con este, cuando se trata de asumir, con acierto, los distintos referentes culturales. La intertextualidad que logra, la mayoría de las veces, dimensiona su propuesta y la acerca a mayor número de televidentes. Es el caso del video No es normal, de los noveles Javy y Otto. En esta oportunidad, el referente del clásico Mago de Oz posibilita que lo erótico-sensual adquiera una simpatía tal, que parece haber sido concebido para un público infantil; solo la lectura detallada indica que no es así. El amor, como centro del discurso, se concede y se muestra como un juego de deseos, sensaciones, esperanzas y no pocas frustraciones. Por tanto, es asimilado como ese hecho mágico que hace vivir experiencias extraordinarias e impensadas. Es una de las tantas interpretaciones que propone este trabajo que se vale de lo “ingenuo” para postular una visión refrescante y desenfada de las relaciones sexuales.
La Selfie, por su parte, juega con esa modalidad tecnológica desde las múltiples satisfacciones que ofrece. La alegría ante la posibilidad de dejar plasmados momentos memorables; de estar cerca de los seres amados, amén de las distancias físicas reales; la sensación de detener el tiempo a favor nuestro y de soñar solo con lo que se desea vivir, son propuestas que se desprenden de esta relación sencilla e igualmente sensible que defiende el tema.
En La fiesta del amor también relee el tema del amor; esta vez desde el disfrute más pleno. Cuando este se gesta, casi en desenfreno, no importa nada ni nadie más que los amantes. El hecho de que el entono esté poblado de gente con el rostro cubierto los impersonaliza, no existen, solo dos cuentan en medio del placer.
De manera más tradicional es trabajado el video de la Orquesta Faílde, en consonancia con la propuesta que defiende la orquesta. Una vez más el color en total correspondencia con el ambiente que promueve el tema, propicia el disfrute del televidente. Es todo un ambiente permeado por el sentido del espectáculo, el baile en pareja, la comunión de gustos con una música que apela todo el tiempo al bienestar.
Estas son las coordenadas principales por las que transitó el quehacer creativo en estas jornadas de Lucas 2022. Año en que la capital del video clip cubano cumple 25años, de los cuales José Rojas se muestra como un creador de marcado crecimiento, a través de sus amplias vertientes de creación.