El milagro de la unión entre David Blanco y Alejandro Pérez

“El milagro” es, a criterio de David Blanco, una de las canciones más bonitas del disco Feudalismo Moderno. “Este tercer tema del fonograma habla del amor y la esperanza, con un estilo góspel, la voz casi a capela y el complemento de Vocal Renacer. Esa fusión le otorga tranquilidad; es como comenzar nuevamente. El estilo sonoro te recuerda a la época de los 70’, de Los Beatles y los hippies”.

En esta misma línea querían que fuera el clip que acompaña al tema. “David Blanco me da el disco y me dice ‘escoge al que quisieras hacerle un videoclip. Cuando escuché ‘El milagro’ le dije: ‘me encanta esa canción’”, cuenta por su parte Alejandro Pérez, director de este producto audiovisual nominado en la categoría de Mejor video rock, Mejor making of y Mejor diseño de vestuario, en los Premios Lucas 2022.

David Blanco se imaginó siempre un videoclip con esta canción porque, junto al tema homónimo del disco, es uno de los dos extremos del álbum. “‘Feudalismo Moderno’ es el heavy y amargo, y este, el dulce y positivo, el peace and love. La letra plantea la solución: volver al amor y la raíz”.

Oyes la canción—asegura Pérez—y te transporta a los años 70’. “Le propongo a David hacer un vídeo muy free. Si bien había que planificar la producción, en el fondo tenía que prevalecer la libertad creativa constante que iba a surgir en el camino. Es un vídeo de carretera, como se le conoce, donde todos los miembros de la banda van a un lugar a descargar y la propia narrativa contempla el traslado. Una onda muy hippie y a David le encantó la idea”.

“El Milagro” es un vídeo libre de todo efecto de posproducción. Algunas cosas se prepararon, por ejemplo, la pintura de todas las guaguas para simular que eran de esa época. Precisamente, el cuidado de los detalles es uno de los elementos que identifican al producto audiovisual. Además, aunque este clip no tiene muchos efectos visuales, el trabajo en la corrección de colores se enfoca en lograr transportar al espectador hasta los años 70’.

La dramaturgia se centra en un grupo de jóvenes que se van en cuatro o cinco buses pequeños para las playas del este de La Habana, con la estética de esos años e instrumentos naturales. Para el músico, eso que se defiende en el audiovisual es la esencia del rock que empezó en esa época, en la que se gestaron muchos sonidos e imágenes a partir del amor, la unión y la amistad. “Nos fuimos hacia el mar, a surfear, a cantar y a bailar”, comenta David Blanco.

Agrega que Alejandro le propuso una locación en la que siempre quiso grabar un clip: una zona antes de llegar a Santa Cruz del Norte, con una explanada donde podían montar todos los instrumentos, las guaguas, la comida del picnic, las tiendas de campaña… “La idea de la narrativa es buscar la nobleza, lo bonito, el volverse a encontrar con esa época que hizo que tantas cosas cambiaran en el mundo a través de la música y del amor”.

“Nos planteamos recrearnos y registrar solamente los hechos que estaban pasando en la filmación”, agrega el director. “Creo que esa fue la magia del videoclip, porque se sintió como una fiesta y eso es lo que queríamos. La sencillez es que lo diferencia de otros y la libertad que va a tono con la canción”.

Al respecto agrega David: “Concebir este video con Alejandro, después que él escuchara el disco y se metiera dentro de su energía, no fue nada difícil, al contrario, se convirtió en una descarga entre amigos”.

Según ambos, la imagen y el sonido en el clip están perfectamente sincronizados. “Hay una relación estrecha entre lo que estás oyendo y lo que estás viendo. Eso lo logró Alejandro desde su mente creadora cuando lo editó de la misma forma en que se lo imaginó”.

Dice Alejandro Pérez que a “El Milagro” le aportó la ingenuidad que se siente en el clip. “‘Esto no ha sido una filmación’, decía todo el mundo, porque no tenía el rigor de anteriores grabaciones ya que la idea siempre fue hacerlo para divertirnos”. En este sentido, el músico refiere: “Vámonos de picnic y llevamos las cámaras. Ese fue el propósito”.

La química entre David y Alejandro se refleja en el producto final. “Somos como hermanos; hemos trabajado otras veces juntos. Es muy respetuoso cuando le propongo una idea. Confía en mí y yo conozco su swing”, asegura el realizador. Por su parte, David dice que el trato con Alejandro es familiar, ameno, además de ser un excelente profesional. “Aprendo mucho  y trabajar con él es eso, una fiesta, y básicamente, lo que hemos filmado en ‘El milagro’ ha sido nuestra fiesta”.

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