Lo que nos salva

Podría escribir una reseña sobre el videoclip A choco, del músico José Luis Cortés (El Tosco) cuya realización estuvo a cargo de Pablo Massip, Almar Producciones y el apoyo del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC). Sin embargo, prefiero hablar de la amistad y el arte, dos hilos latentes que se respiran en esa creación audiovisual. «Así te ve tu amigo, guárdame un poco de ron pa’ cuando vaya por la casa» Tal sentencia en voz del flautista, arreglista y productor musical y con la que comienza el clip pauta la complicidad entre dos grandes: uno, Premio Nacional de Artes Plásticas 2017, el otro Premio Nacional de Música el mismo año.

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“Labios rojos”: de Regreso al corazón hasta el videoclip

Waldo Mendoza y Fabicile se unen en el tema “Labios rojos”, que forma parte de la banda sonora de la telenovela cubana que actualmente trasmite los lunes, miércoles y viernes el canal Cubavisión: Regreso al corazón. Ideal para bailar, la pieza cuenta con un videoclip estrenado en plataformas digitales hace aproximadamente un mes y tiene unas 130 mil 350 visualizaciones en el canal de Fabicile en Youtube.

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Inmigrante y qué?: reclamo por conquistar un lugar

“No somos criminales, ni invasores.

Somos personas valientes que traemos nuestra alegría,

nuestro dolor y nuestros dones

para construir una nueva vida mejor”

La cantante y violinista cubana nominada al Latin Grammy, Yeisy Rojas, estrenó en junio pasado el videoclip “Inmigrante y qué?”, una canción que fue destacada por Billboard en su lista Nueva Música Latina y que se posicionó como favorita del público al obtener el primer lugar en la encuesta Latin Music Poll con más de un  70% de los votos.

El video, dirigido por el destacado productor y cineasta Marcus Støren y rodado en Oslo, Noruega, narra con fuerza y sensibilidad el recorrido emocional de quienes emigran. Con imágenes que muestran las circunstancias a las que puede enfrentarse la persona que deja atrás su tierra: detenciones policiales, condición de indocumentado y empleos diversos, el video resulta desafiante en su representación visual. Rostros, posturas corporales y gestos comunican el poder resiliente de una comunidad que cada día crece exponencialmente.

La historia toma vida con la participación de algunos de los mejores amigos de Yeisy, quienes forman parte del elenco, aportando autenticidad y reflejando las diversas caras de la emigración. Las imágenes brindan un sentido sociológico y antropológico, si se quiere, del fenómeno migratorio.

Una cerca se muestra como límite y desafío; como frontera inicial que reta al migrante a crecerse, a superar obstáculos, sin perder sus esencias. Interesantes resultan los leimotiv utilizados que tipifican la identidad de los migrantes, sobre todo, las mochilas, la cultura culinaria representada a través de un plato típico y el vestuario. Asimismo, la ciudad se convierte en hilo conductor de la historia al mostrar ese carácter errante y de peregrinar por la ciudad que caracteriza a la comunidad migrante. Las imágenes grupales del metro en Noruega, correr por una calle y pisotear naranjas, así como despedir a una ciudad desde el otro lado, son acciones de rebeldía, y a la vez de una valentía propias de quien emigra.

Podría pensarse que el videoclip toma referencias de las historias cliché del cine; sí. Puede decirse que es una fotografía de los contratiempos a los que se enfrenta el migrante, también. Pero todo eso lo hace desde la autenticidad estética y artística que significa no renegar de tal condición a pesar de todo y de todos.

Es un discurso sonoro que mezcla el rap y la música popular cubana, donde no falta la clave y una representación cinematográfica sugerente sobre lo que significa pertenecer a la comunidad migrante y las preocupaciones con las que lidian. El video es el reclamo por ganar un lugar en la sociedad, por conquistar sus derechos sin renegar de su condición como migrante. Nótese que se apuesta por centrar en el plano cinematográfico a la cantante-protagonista y/o al grupo de migrantes, lo que denota poder e importancia. De igual forma, los primeros planos desafiantes buscan significar ese empoderamiento que se está exigiendo por dicha comunidad.

La cuidadosa selección de la iluminación, los planos, las acciones y el montaje hacen de este videoclip un buen ejemplo de sensibilidad creativa ante un tema tan complejo y multifactorial como la migración.

Con Cuerdas del Alma, “Hasta Alicia baila”

Fotos tomadas del muro de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz

Escenas del audiovisual

El videoclip “Hasta Alicia baila”, de la agrupación espirituana Cuerdas del alma tuvo su estreno en esa ciudad el 12 de febrero del año que corre, fecha exacta en la que el proyecto musical, merecedor de la Beca de Creación El Reino de Este mundo, que entrega la Asociación Hermanos Saíz (AHS), cumplió su primer aniversario.

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“Bailar”: volver a hacer un video con la gente

Bailar con Raúl Paz es una invitación imposible de rechazar. Luego de un tiempo viviendo fuera de Cuba regresa a la escena nacional con su más reciente fonograma Guajiro chic; un título que hace alusión a su esencia pinareña. Como aseguró el artista en una entrevista para el periódico Tribuna de la Habana: “Guajiro chic es el resultado de lo que soy”. El CD comprende once pistas, salió al mercado el pasado 28 febrero y se lanzó en París el 18 de marzo.

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Agradecidos por la Certeza

Cuando vi el videoclip Certeza de Liuba María Hevia, tuve el impulso de entrevistar a su director. A poco más de un mes comparto la conversación con Camilo Suárez, diseñador gráfico, animador y realizador audiovisual director del videoclip, quien me agradece la entrevista que logramos vía WhatsApp. Gracias Camilo, digo yo.

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Videoclip Certeza: una caricia para las pupilas

Libérame del ángel de tu sonrisa, de tanto acierto, tanta certeza me deja sin aliento.

Cuando terminé de ver por primera vez el videoclip Certeza, de Liuba María Hevia, acto seguido, escribí un poema, un poema de amor. Diciendo esto tal vez les creo curiosidad y dejar el poema por acá es lo menos que puedo hacer: Un día de diciembre,/no estoy segura cuál,/me quedé a dormir en tu silencio,/me quedé a vivir en tu sonrisa,/¡Libérame!/Que volveré a entrar cada diciembre,/como si entrara al hogar más luminoso.

Sin dudas hay préstamos de la canción, más cuando Certeza es un tema que en su cadencia lleva inmerso el disfrute del amor,  el esplendor del encuentro deseado, las serendipias que sorprenden a dos amantes. Certeza festeja la complicidad y exalta la belleza, se le desborda la ternura en cada sílaba. Certeza es luz.

El videoclip, estrenado en febrero de 2024, tiene la poesía que cabe en las palabras vida, viaje y naturaleza. En la animación y el difícil arte de crear maquetas se advierten cuotas altísimas de creatividad. Lástima que no aparezcan los créditos del director. Les aseguro que correría a hacerle una entrevista. Sí, es un videoclip que no trae inscrito los nombres de los hacedores de tanta magia. Quién sabe, en este caso me gusta pensar que es señal de modestia.

Aquí cada imagen es una obra plástica, una caricia para las pupilas. Cada elemento (maletas, rosas, barajas, abejas, árboles, la casa, los barcos de papel, las partituras, la máquina de escribir, el colibrí) construye un universo de coincidencias, caminos y mensajes sutiles. En la idea de miniaturizar los personajes, en especial a Liuba, encuentro una verdad mayor: siempre somos pequeños ante la grandeza del amor.

En este videoclip descubro el sentido de la fragilidad que se hace palpable en la pareja de madera, en el corazón que cuelga como péndulo y luego arde en llamas, en las palabras que quedan sin decir porque no hacen falta. El diálogo del amor es capaz de venir en clave e incluso así, revelarse en la belleza de lo cotidiano.

Si me pidieran eliminar algún elemento del audiovisual, no lo dudaba, podría prescindir del televisor en blanco y negro con la imagen realista de la trovadora. Para mí, basta con la construcción del mundo en miniatura para contar la historia, sensibilizar y conmover. En el clip Certeza el público desempeña un rol activo en la construcción de significados, en el ejercicio de rellenar los espacios en blanco, como diría Umberto Eco. Hilvanando la lluvia de elementos presentes en el material hay un fino hilo poético que como tela de araña teje todas las certezas, esas que se traducen en la palabra amor.

Juego de Lunas: dos épocas en 20 años

Un trío de hermanas que trabajaban en proyectos musicales diferentes encontraron durante el tiempo de la pandemia de Covid 19, el pretexto perfecto para unirse y formar la agrupación Juego de Lunas. ¿Su propósito? Rescatar temas antológicos de la cancionística cubana para traerlos a la contemporaneidad con la frescura y soltura propias de la juventud.

Así llega Juego de Lunas con la versión de 20 años, de María Teresa Vera y el videoclip homónimo dirigido por José Rojas. En poco más de tres minutos asistimos a la renovación escenográfica y sonora de una pieza cuya popularidad trasciende épocas y públicos.

Como nos tiene acostumbrados José Rojas, la diversión y una vis cómica propia de la comedia de situaciones distinguen el audiovisual. Dividir la historia en dos planos narrativos diferentes resulta, en este caso, una estrategia efectiva porque permite ubicar al espectador en dos temporalidades distintas: los años cincuenta y los ochenta del siglo XX.

En los ochenta, la composición fotográfica da importancia a sujetos centrados, a los atrezos y el vestuario, así como a la visualización de los ambientes en los que ocurren las acciones. Por un lado, la iluminación es más sobria, con fondos exentos que ponderan los tonos negros en contraste con el rojo del vestido aludiendo con acierto a los entornos de cabaret y vida nocturna donde la elegancia y la estilización del baile son característicos.

Por otro lado, en un segundo escenario participamos del entorno lúdico de los cincuenta y la vocalista protagónica coquetea e invita al resto de la banda, a una disco de los ochenta. De esa forma dialogan ambas épocas por medio de una puerta, como si el paso de un periodo a otro ocurriera con absoluta facilidad y libertad.

Los recursos iconográficos como carteles publicitarios, textos y discos de vinilo en las paredes contribuyen a contextualizar cada época. En este sentido, la dirección de arte del videoclip, a cargo de Siboney Escenografía y José Rojas, es primordial en tanto permite recrear dos espacios físicos paralelos, reconocibles por el espectador gracias a los elementos utilizados como vestuario, luces, carteles, maquillaje y otros.

En el clip la puesta en escena, los encuadres y el tipo de montaje determinan, una parte de la efectividad narrativa de la historia. El otro elemento valioso son los personajes (en este caso los cantantes como actores) pues en ellos recaen las acciones, la gracia, el espíritu lúdico y la progresión de los acontecimientos.

Con una estética visual heredera de los animados, los populares cartoons estadounidenses que disfrutamos como si no perdieran actualidad, José Rojas nos entrega una obra audiovisual divertida y fresca, capaz de fusionar dos épocas en 20 años.