Videoclip “Me empeño”: la enfermedad convertida en amor

El videoclip “Me empeño”, de Payaso por ley & El chulo, dirigido por Felo encuentra la ruta para transformar en vida y, sobre todo, en amor, el dolor de una enfermedad como el cáncer. Bajo la idea original de Raymel Pérez, el audiovisual rinde homenaje a todas las personas (guerreros, como asegura el clip al final) que luchan por sobrevivir.

En cuatro minutos y un poco más, el material logra hilvanar una historia sensible protagonizada por los actores Ana Galá y César Domínguez, con la participación especial de Miriam Socarrás. La acertada dirección de actores en manos de Marlon Pijuán y la trayectoria actoral de los tres personajes avalan la credibilidad de la narración.

De esta forma, la música urbana se acerca a una problemática de salud que cada año provoca 10 millones de muertes (según datos incluidos en el propio videoclip). Utilizando varias locaciones y una fotografía que alterna planos muy iluminados como las escenas del hospital, con otros sombríos y de baja iluminación como los del niño sentado al piano, conducen al espectador a esa mezcla de emociones, contradicciones y desafíos que ocurren a nivel personal y al interior de la familia cuando un paciente es diagnosticado de cáncer.

Los puntos de giro del videoclip resultan interesantes en tanto no victimizan el acercamiento a la enfermedad apoyados en sentimientos de culpa o lástima hacia el doliente. Por el contrario, intentan buscar una salida con matices donde rendirse no es opción, aunque la muerte del paciente sea el desenlace. Por un lado, el protagonista muere, pero, por otro, deja una nueva vida gestándose en la madre. Un hijo es la representación de la vida y la herencia feliz de un amor vivido con intensidad interrumpido por la muerte.

Sin embargo, en mi opinión, el videoclip realiza una aproximación epidérmica y meramente expositiva de un asunto tan conflictual como el cáncer. La historia logra un cierre bien articulado, que no deja cabos sueltos, pero sin entrar a profundidad en las dimensiones e impactos múltiples del problema, quizá teniendo en cuenta la duración tan corta que admite el género videoclip. Asimismo, hay un momento del material donde el final se vuelve predecible: cuando la prueba de embarazo da positiva, el espectador, si es un lector activo de la imagen audiovisual, es capaz de advertir que el niño que ha participado a intervalos tocando piano durante toda la historia, es fruto del amor de la pareja. El recurso de colocar la fotografía del padre sobre el piano como símbolo y metáfora visual viene a confirmar y dar un cierre rotundo sin equívocos a la sospecha planteada antes.

Una tesis universal se advierte en el clip: el amor no tiene fronteras, ni siquiera con la muerte. Bajo esa idea y con un abrazo entre madre e hijo el audiovisual “Me empeño” de Payaso por la ley, sensibiliza y alerta en igualdad de proporciones. Entonces, agradecer la coherencia dramática de la historia y su calidad actoral y artística en general, más que un deber es una obligación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *