“Quién olvidó”: un videoclip para toda la vida

“La felicidad no cabe en mi pecho. Gracias, Buena Fe, por el voto de confianza para “arreglar” esta belleza de canción. Gracias, Gabriel Dávalos y Leandro de la Rosa por tanta sensibilidad y buen gusto. Felicidades a los muchachos por su excelente desempeño. Aquí seguimos, sin olvidar nunca y bailando la vida”. Así escribió Daniel Torres Corona (arreglista del tema musical “Quién olvidó”) en el canal de Buena Fe en Youtube, tras publicarse el videoclip homónimo dirigido por Leandro de la Rosa y Gabriel Dávalos. La pista musical pertenece a Morada el más reciente disco de la agrupación.

“Quién olvidó”, al decir de Israel Rojas en una entrevista para el programa musical Lucas, es una canción que llevaba tiempo escrita, pero no había encontrado su lugar, hasta llegar al CD Morada. Según la acertada dramaturgia interna con la que Buena Fe acostumbra reunir su obra, “Quién olvidó” encontró en este disco su verdadera casa.

Ballet cubano de la sala de teatro a la ciudad

El videoclip “Quién olvidó”, bajo la dirección de Leandro de la Rosa y Gabriel Dávalos, es una obra audiovisual que busca abrazar las almas de nuestra gente. Un homenaje a Alicia y Fernando Alonso, siempre inagotables en el arte de enseñar el ballet y a la Maestra Chery (Ramona de Saá Bello), quien falleciera en abril de 2024 y cuyo aporte pedagógico y danzario tributa a las nuevas generaciones de la Escuela Cubana de Ballet.

Sensibilidad, respeto y entrega son inherentes al clip donde Leandro y Dávalos demuestran amor a la danza, a la vez que advierten sobre la necesidad de convertirla en una expresión artística más social, cercana a la vida cotidiana del cubano. De la Rosa acompaña casi de manera habitual la obra musical de Buena Fe poniéndole visualidad a otros temas como “El hipopótamo” y “Café”, mientras Dávalos, tiene una experticia probada con más de 10 años dedicados a la fotografía de danza. Este dueto, junto al rol que desempeñan los estudiantes de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, quienes conducen narrativamente el material, son las claves del videoclip. Seguramente, al preguntarle a Leo de la Rosa, diría, “gracias a todo el equipo” porque, sin dudas, es una obra audiovisual colectiva donde el resultado siempre es mayor que la suma de sus partes.

Sin embargo, vale resaltar en el material el papel que juega la fotografía, la selección de las locaciones, la coreografía y el trabajo de producción. La primera de estas especialidades resalta por la capacidad de la iluminación para generar atmósferas (sobre todo en los primeros minutos del clip que se corresponden con las escenas del teatro) y la fuerza expresiva de los primeros planos en contraste con las tomas generales de la Habana en la que se insertan los bailarines para participar junto a la población. Además, es interesante el diálogo que se establece entre el monocromo y la fotografía en color que remiten temporalmente al pasado y al presente.

En torno a las locaciones asalta una pregunta ineludible ¿Por qué seleccionar el Teatro Martí?…Por lo que representa esta institución para la cultura cubana, su majestuosa belleza arquitectónica y toda la historia que encierra el teatro. No podía haberse escogido un mejor lugar. El Teatro Martí fue inaugurado el 8 de junio de 1884 y tras su restauración, reinaugurado el 24 de febrero de 2014. Conocido como el coloso de las cien puertas y declarado Monumento Nacional, el teatro ha sido y es testigo de la vida cultural del país.

Por otro lado, “sacar el ballet a la calle” significa expandir la danza y sus significados colocándola al servicio de la sociedad, mientras, a nivel de producción audiovisual demanda un alto rigor y disciplina.

Precisamente, la producción, a cargo de Diana Rosa Ramos, merece mención aparte pues este es un clip donde el movimiento es permanente, no solo movimiento en el sentido corporal danzario, sino desplazamientos por la Habana que demandan un grupo de recursos logísticos imprescindibles como la transportación.

     

A nivel coreográfico no solo es visible el rigor técnico de los movimientos propio de los bailarines, sino el vuelo poético que alcanza la danza en todo el video. El ballet vive en la calle, en la gente, vibra fuera del teatro, de las salas culturales y de los escenarios convencionales donde se consume, comparte la cotidianidad con los cubanos sin importar su profesión, nivel de instrucción o clase social. Ese es el mensaje mayor del videoclip “Quién olvidó”.

El clip, producido en 2024, tiene la virtud de no anclarse a una época concreta, su mensaje es perecedero en el tiempo. “Quién olvidó” es un videoclip para toda la vida.

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