Desde el 20 de octubre del pasado año, Día de la Cultura Nacional, los coros de “Vamo’ a vencer”, de la agrupación músico danzaria de cantos espirituales Nsila Cheche, se han repetido con mucha fuerza en varios escenarios de la mayor de las Antillas. El videoclip del tema, dirigido por Onelio Larralde, está nominado a los Premios Lucas 2023 en la categoría de Video Música Tradicional y/o Folclórica.
Con Larralde conversamos en exclusiva para Lucas.
¿Cómo llegó a sus manos el proyecto del clip de “Vamo’ a vencer”?
-He trabajado durante mucho tiempo con la productora audiovisual i4films, quienes estaban realizando en aquel momento un bloque de varios videoclips para el Ministerio de Cultura. Regularmente hacía la dirección de arte y diseño de vestuario de casi todos sus proyectos. Ellos me propusieron asumir la dirección de este audiovisual y como me encanta dirigir, ese fue el comienzo de la fiesta.
¿Quiénes participaron en la concepción y realización de este video?
-Los proyectos tienen generalmente la misma génesis. Primero escuchas la música y saltan las ideas. En mi caso, al ser una obra por encargo y como no conocía personalmente al grupo Nsila Cheche, pedí reunirme con ellos y escuchar sus ideas y criterios sobre cómo veían este clip. De estas reuniones salió la primera idea de guion que pasó por el equipo de producción y por el Mincult, quienes finalmente aprobaron el proyecto, siempre desde el respeto por las ideas de artistas y productores.
¿Cómo está concebido la narrativa del videoclip?
-La historia es lineal, siguiendo la idea de filmar una misa espiritual lo más cercana a la realidad posible, sin olvidar que estamos ante un producto audiovisual para un mercado muy amplio y de un cliente que está por encima de la obra y que hay que contar con su aprobación final.
“Esta misa espiritual debería contar con la participación de todos los integrantes del grupo y fue supervisada por ellos mismos, utilizando para la puesta en escena su asesoría y su conocimiento de nuestra cultura espiritual. Ese grupo de músicos y bailarines de gran habilidad y conocimiento de nuestras raíces afrocubanas hicieron posible que la narrativa no perdiera ni fuerza ni veracidad.
“Dentro de esta historia de la misa espiritual, que sirve de marco para la presentación del grupo, intercalamos la segunda trama que es la que recrea el tema musical directamente. O sea, en el clip hay dos niveles narrativos, el primero la misa espiritual como línea argumental, y el segundo la representación del tema, la aparición de los negros congos, lograda por la presencia de los bailarines”.
¿Qué efectos visuales apoyan esta narrativa?
-Los efectos visuales forman parte del lenguaje del género, pero se les confunde a veces con efectos especiales digitales. Nuestra idea fue no incluir ningún efecto demasiado relevante en postproducción y para eso nos apoyamos en un guion técnico muy fuerte.
“Filmamos en dos días. Trabajamos el concepto del color desde el inicio. Las locaciones utilizadas, el museo Casa de África de La Habana y los exteriores de la Iglesia de Regla, nos daban el contraste deseado partiendo de que todos los integrantes del grupo irían vestidos de blanco y así estarían todo el tiempo. Esa visualidad no es efectista, es efectiva, y solo tuvimos que hacer ajustes mínimos en la corrección de color en el proceso de edición”.
¿Qué diferencia a este video de otros de igual género?
-Todo trabajo de este tipo tiene asociado el temor a la irreverencia religiosa, por eso mi idea y la de los integrantes del grupo fue siempre trabajar desde el conocimiento y el respeto espiritual. Eso trasciende la obra y la coloca en otro nivel.
“Debes llegar a un público religioso y a otro que vive la religión de distinta manera, por lo cual debes valerte del conocimiento general para llegar a particularizar este canto, este llamado a los ancestros y convertirlo en una obra que impacte y llame a también a los vivos para continuar hasta vencer. Creo que la diferencia es la fuerza de la verdad”.
¿Cómo se relaciona la imagen con el sonido en el producto?
-Van de la mano. En este caso es un clip narrativo, a dos niveles como te explicaba antes, pero no es una narración descriptiva. Contamos una historia dejando paso a la fuerza del sonido, a lo realmente valioso de esta obra. El trabajo de grupo es difícil de filmar, de entender a veces por los productores que necesitan ver a todos los músicos es escena, que en este tipo de obra es fundamental. Logramos un balance muy bueno, no solo en la puesta en escena, sino en no perder el grupo individualizando a todos sus integrantes”.
¿Cómo fue el proceso de grabación de este clip?
-La grabación fue fácil. Cuando llegas al punto de rodar con las ideas claras, con tus productores y equipo amando el proyecto, con las locaciones listas, la comida a tiempo, el trasporte adecuado y los permisos para locaciones lograda, rodar es fácil. Es una diversión y así lo veo siempre. Lo arduo y glorioso es poder tener todo lo antes descrito justo a tiempo. Creo que se trabajó con los pasos que deben llevarse a cabo y con un gran equipo profesional que está detrás de cada pieza de este rompecabezas fascinante que explota el día de filmación”.
¿Y el trabajo con Nsila Cheche?
-Fue intenso. Su director Juan Manuel Montoto aportó mucho de su extenso conocimiento religioso, y de cómo se debía defender la tradición cultural que implica este canto. Nuestras reuniones, siempre que se podía, era con parte del grupo. Todas las decisiones creativas se consultaban.
“Hay que luchar mucho en este tipo de proyectos, marcados como están con una visión muy superficial y turística en los medios de comunicación. No es un grupo musical popular o de género bailable que llene plazas. No es un grupo invitado a los programas televisivos ‘populares’, pero son músicos inteligentes que creen en su proyecto. Eso siempre genera un respeto. Me encantaría poder hacer otro video con ellos”.
Onelio Larralde asegura que el proceso creativo que sigue para concebir la narrativa de un videoclip parte de escuchar la música hasta que se la sepa de memoria, desde que comienza hasta que termina la edición. “Los videos son generalmente obras disímiles, por encargo, zonas sonoras que muchas veces están distantes de tus gustos o de tu conocimiento musical y tienes que hacerlas tuyas, amarlas y lograr que otros las amen y entiendan. Sin ese proceso es imposible que consigas algo con lo que estés feliz al final”.
¿Cuáles son las características que diferencian a sus videoclips? ¿Cree que exista un punto en común entre los clips que realiza?
-Creo que la defensa de la imagen de los músicos, de cómo lograr que se vean, que nos muestren como quisieran verse. Lo primero que les pregunto es ‘¿cómo te ves tú en este tema?’ Pienso que si un músico no está conforme con la imagen que proyecta estoy mal enfocado. Luego está la segunda pregunta ‘¿saldrías de tu zona de confort de imagen? ¿Podemos crear algo juntos, experimentar, probar vestuarios, maquillajes?’… así se va creando la historia. Lo que tienen de común mis videoclips es eso, lograr la poesía visual a partir de la realidad personal y musical de cada artista. El video clip es un ejercicio de traducción conceptual”.