Mujer y videoclip: representación y representatividad

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, un día de lucha por la equidad y de reivindicaciones. Sin embargo, no creo necesario esperar un mes o fecha específica para pensar, por ejemplo, en el rol que ha desempeñado ella en el videoclip cubano. Unas veces como inspiración en los audiovisuales, otras como productora, maquillista, realizadora, formando parte del equipo de realización o siendo la protagonista intérprete del tema musical. De una u otra manera siempre está presente en las dinámicas del clip cubano.

Propongo reflexionar al respecto en dos direcciones: por un lado, el de la producción audiovisual, es decir, el rol de las féminas como protagonistas y hacedoras del clip dentro de las especialidades artísticas y por otro, el de la representación en pantalla de la mujer cubana. Ambas miradas no están exentas de contrapunteo y elementos problemáticos.

En principio, una aproximación al videoclip cubano nos lleva a pensar en la obra “Now” del realizador Santiago Álvarez, considerada por la crítica como la génesis de este tipo de audiovisuales en Cuba. Al mismo tiempo, como apunta el crítico Rufo Caballero, el video surge como registro de escritura… supone registro pero también expresión, supone creación de discurso e incluso, de relato.

En tal sentido, la democratización del audiovisual permitió romper las barreras entre el autor de la obra audiovisual y el receptor y a la vez “que realizadores neófitos, sin un conocimiento del oficio, se aventuren también a grabar sus relatos audiovisuales”[1] Lo anterior supone una ventaja, pero a la vez un riesgo en la medida en que personas sin conocimientos sólidos sobre los códigos y narrativas del videoclip o, para volver al tema de la mujer en el clip, sin elementos cognitivos que permitan un tratamiento coherente que respete el enfoque de género, se aventuren a construir un discurso donde la mujer se presenta, en no pocos clips, como objeto y símbolo sexual deseable por el sexo opuesto, con una tendencia a la representación de lo sensual y lo erótico.

“Cuando se trata de la cantante o intérprete, vemos a la mujer en el rol protagónico, representante de una mujer fuerte, poderosa, independiente, y en sentido contrario, en otros se nos presentan como sufridas y llorosas”[2]. De esta manera y para peligro de nuestra sociedad dichos estereotipos contribuyen en la formación de imaginarios colectivos y modelos de comportamiento que para nada apuntan hacia la equidad de género.

Por otro lado, en cuanto a su representatividad en el escenario del video musical en Cuba, haciendo una mirada crítica a la lista de premiados en la edición de 2023 de Lucas encuentro poca presencia femenina. Por ejemplo, como intérpretes destacan Ana Nora Calaza, por “Cae una gotica” premiada en la categoría Música para niños; Anabel Perdomo, galardonada en Video en estudio por “Amor y vicio”, mientras que, integrando equipos de realización, reconozco a Jessica María Hernández quien junto a Alejandro Cumberbacht, Rodrix y Alejandro Armada fueron reconocidos en el apartado de Animación por “Oda al plagio”, de Gape, así como la actriz Heydy Villegas, reconocida en Mejor actuación por el videoclip “Alzheimer”, de DRC.

Y si vamos al listado de videos nominados para el Premio al Video Más Popular del Año en 2020, encuentro la misma regularidad: se advierten, sin dudas, escasos nombres femeninos en ambas listas, pero, ¿se corresponden estos números con la presencia y el talento real de las voces femeninas en la música cubana? Convencida de que no. Ahí están nombres imprescindibles como Omara Portuondo, Ivette Cepeda, Laritza Bacallao, Luna Manzanares y Liuba María Hevia, además de voces nuevas como Baby Cortés, Patry White, Emy Abreu o Lady Laura. El videoclip, a juzgar por las cifras, sigue siendo una zona del audiovisual cubano en el que predominan los hombres, una problemática que deriva en más cuestionamientos que respuestas ¿Qué sucede con el acceso de las cantantes y directoras de proyectos musicales a los recursos económicos y simbólicos que garantizan la realización de un videoclip? La respuesta pasa por condicionantes múltiples y valdría, incluso, un análisis en otro texto.

Con respecto a la crítica audiovisual en torno al videoclip cubano, es preciso generar espacios de debate entre especialistas que ponga la mirada en las representaciones intergéneros en un producto audiovisual como el clip, capaz de legitimar, e incluso naturalizar conductas sexistas. Al ser el videoclip un género tan popular dentro del audiovisual, que desde su propia concepción desdibuja fronteras estéticas y creativas, resulta urgente también, un cambio en el discurso relativo a las cuestiones de género, en particular de lo femenino, que se aleje del encasillamiento y los modelos preestablecidos de lo que significa ser mujer.

Para nada busco ofrecer criterios concluyentes, mucho menos verdades inamovibles; la idea es poner sobre el tapete problemáticas que no son nuevas, pero que sin dudas permanecen latentes en el panorama cultural cubano.

[1] Caballero, Rufo (2017) Revista La Jiribilla. Sección El caballete de Lucas. Publicado en https://www.lajiribilla.cu/el-caballete-de-lucas/

[2] Noriega, Romina (2011) “El videoclip cubano y el enfoque de género” publicado en envivo.icrt.cu

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