Pedro Pablo: un hombre de radio en Lucas

Nacido en La Habana, Licenciado en Comunicación, instructor de arte de música, locutor de radio, y otras funcionen , hacen de Pedro Pablo un multifacético conductor que representa la imagen de Los Lucas hace ya casi ocho años.

Sus inicios como integrante del proyecto del audiovisual cubano los tuvo en el 2015 en el programa de radio en la emisora Taíno, pero un llamado de María Elena, la directora asistente y del propio Orlando Cruzata colocaría al locutor de lleno en la capital del videoclip.

Frente a un Karl Marx al límite de su capacidad, Pedro Pablo presentó el Lucasnómetro del verano con todos los nervios que implica estar ante tantas personas en una prueba definitiva en vivo. No obstante, desde entonces su rostro acompaña el programa en televisión y las galas de Los Lucas en cada entrega.

“Las galas son algo tremendo, magnánimo, te obligan a crecer como presentador, dominar el guion y la estructura. Existen momentos fundamentales que he asumido como la entrega de los premios especiales que constituyen una pauta singular en la cual Lucas reconoce instituciones, unidades artísticas, proyectos que han impulsado el desarrollo del audiovisual y de la música en nuestro país”, expresó Pedro Pablo Cruz sobre la experiencia en las galas de premiaciones celebradas cada año.

El también compositor, productor discográfico y manager de la Orquesta Faílde, comenta que la reacción del público lo impulsa en cada presentación a ofrecerles lo mejor en cuanto al sentido del espectáculo, de show, donde no haya cabida para un hueco o error.

“Siempre es un desafío porque Cruzata nos pone a correr de un lado a otro, (…) todo un equipo pendiente de que salga bien, de que no haya un bache, y es realmente un momento de pura adrenalina cuando se transmite en vivo.

“Representa la demostración de lo que Los Lucas han hecho en 25 años, se han convertido en el espectáculo más importante de la televisión, el que más público y artistas de diferentes tendencias convoca, es un autorregalo prácticamente cada año”, expresó el conductor desde su experiencia como parte del equipo.

Sobre la dinámica de las grabaciones en estudio para los programas de televisión semanales, Pedro Pablo comentó: “El habitual resulta bastante fácil en términos de tiempo, de producción. Nos mandan a llamar un total de dos veces en el mes, pero el desafío tremendo es ver el video instantes antes de presentarlo, conversar con los artistas, realizadores.

Aunque para los espectadores y las personas ajenas a Lucas el término “cruzático antiguo” pueda sonar como una barbaridad, los presentadores conocen lo que llaman “idioma”. En las galas, el guion está escrito con ese particular método de Cruzata que, a diferencia de las transmisiones televisivas, permanece más organizado en cuestión de guion y preparación.

“(…) para el programa habitual él viene con sus ideas, te las cuenta y acto seguido hay que grabar, o sea, hay que tener un conocimiento de la manera del programa comunicarse con su público, la estética, el lenguaje, un convencimiento, y al mismo tiempo muchos recursos para repetir casi tal cual lo que el director, en un monólogo, te dice segundos antes de apretar la cámara y grabar”.

¿Qué elementos de los primeros años de Los Lucas como programa deben rescatarse?

“Creo que respecto a los inicios debería volver a aquel guiño de la antitelevisión, o de la televisión dentro de la televisión, el discurso irónico, salir un poco de la comodidad del estudio, volver a recorrer calles, azoteas, lugares diversos de la ciudad.

“Lucas tiene, como pocos espacios, programas, proyectos televisivos actualmente al aire, la posibilidad de construir y sostener una narrativa transmedia, con un universo propio, singular, con expresiones coherentes en diferentes soportes y maneras diversas de llegar al público. Lo tenemos, pero hay que integrarlo, verlo desde esa otra mirada”, declaró Pedro Pablo.

Su respuesta se explica con el impacto que provoca en el público los canales de comunicación en los que el proyecto mantiene presencia, dígase la propia televisión, los espectáculos y premios en vivo, el programa de radio, la página web y su publicación como prensa plana, unido a sus redes sociales.

Sin embargo, el presentador y locutor considera que dichas herramientas deben aprovecharse, pensar lógicas nuevas para un contenido novedoso en los disímiles soportes, y para otros que puedan surgir.

“Desde mi óptica, Lucas debe reinventarse 25 años después para mantener el vínculo con el público que ha formado, pero también conquistar a los nuevos, a los jóvenes de hoy, y tener esa cualidad que lo distingue dentro de la parrilla de la programación cubana, esa antisolemnidad, esa manera tan peculiar de presentar los contenidos.

“Debe volver a la raíz desde lo conceptual, a la semilla, desde el punto de vista de la tecnología, de las nuevas plataformas, pensar en el guion, equipo de trabajo y creativo, cómo llevar esa esencia a aristas que hoy son fundamentales en el ecosistema comunicativo de nuestro país”, asegura.

Una de las pasiones del conductor y locutor radial deriva en la música. Desde edad temprana comenzó en talleres de dicha manifestación, así como de literatura en la Casa de la Cultura de Arroyo Naranjo. Además, tomó clases de piano, solfeo, cantó en el coro infantil Cascabelitos, participó en un programa de radio en la COCO, en fin, se involucraba en cuanto evento pudiera. Precisamente, la música constituye uno de los motivos por los cuales Pedro Pablo continúa como presentador de Los Lucas desde hace siete años, ocho en el 2023.

“Para mí siempre ha sido fundamental en mi vida como individuo, como ser humano, la música y la comunicación, y eso en Lucas se imbrica de una manera orgánica. Su esencia misma es comunicar, difundir la música a través del videoclip como soporte. Mucha de la autonomía del clip hoy como producto, objeto cultural, obra de autor, se le debe justamente a esa vitrina”.

En la trayectoria de 25 años de Lucas, valora los aportes al audiovisual visto desde un ángulo diferente al producto de marketing y promoción. Gracias al ingenio de Orlando Cruzata, el videoclip construyó su propia historia, con realizadores que constituyeron los pioneros valientes del clip y los primeros músicos que se aventuraron en el mundo visual.

“Lucas es una atalaya en la que uno recibe una actualización periódica, casi semanal, de las nuevas tendencias, de los nuevos nombres, tanto en cuanto a los realizadores como a los artistas de la escena musical. Al mismo tiempo, el diálogo con Cruzata, la cercanía con él, es un director que te hace preguntas, te compulsa no desde su condición, sino desde su intelectualidad, su compromiso recio y sostenido en el tiempo con el videoclip, la música y la cultura cubanas”.

De Lucas, además, valora el sentido inclusivo, donde todos los géneros musicales caben en el programa, las recientes y antiguas tendencias, representa un espacio para el arte audiovisual y musical casi sin fronteras.

A pesar de que el tiempo ha llevado a Pedro Pablo Cruz por los caminos de la televisión, las cámaras, los estudios, él se declara “un comunicador de la radio” donde se siente más cómodo como “pez en cabina, o locutor, director o realizador en el agua”.

“La televisión entraña el hecho de que muchas más personas te conozcan. Yo confieso que aún no sé lidiar muy bien con eso de ser una imagen pública, que me vean y me reconozcan, soy un poco tímido, incluso después de tantos años en la profesión, en diferentes espacios”.

Entre las razones que expone Pedro Pablo para inclinar su preferencia hacia la radio como medio de comunicación se hallan: la cercanía al oyente, la historia, la sistematicidad en la difusión de la cultura, y específicamente de la música.

No obstante, reconoce que, en el caso de la cubana, necesita reinventarse, actualizarse no solo desde un enfoque tecnológico, sino en maneras de seducir a las audiencias, “(…)de conquistar sobre todo a los adolescente y jóvenes que son el adulto que mañana va a seguir fidelizado a las maneras que la radio tiene como medio de contar la realidad, de recrearla como sistema de comunicación”.

“La televisión tiene una mística, una preminencia en nuestra sociedad mayor al de la radio y la respeto muchísimo como medio. Sin embargo, la radio me ha acompañado desde siempre, y tengo la certeza de que lo va a hacer mientras tenga voz y algo que decir. Por eso prefiero declararme así, como un hombre de la radio”.

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