Dos versiones de “El friky” de Adrián Berazaín

Un video en su totalidad en blanco y negro representa a una comunidad que durante muchos años ha habitado en Cuba. “El friky” resulta el nuevo clip de Adrián Berazaín que cuenta con dicho performance, y es válido aclarar que este antecede al video original.

El joven trovador, músico y diseñador gráfico con más de diez años de carrera, regala con su banda un audiovisual desde el frente de una construcción aparentemente de metal que le añade un sello al clip.

En su red social de Instagram, sus seguidores, sobre todo los que se sienten o son frikis, le brindan un apoyo a su nuevo sencillo que ha estado promocionando desde un poco antes de lanzarlo a las plataformas digitales el 16 de septiembre de este año.

Sin embargo, el performance cuenta con solo 512 visualizaciones en YouTube, y la palabra “solo” resulta apropiada si establecemos una comparación con el video oficial del tema que tiene más de mil visualizaciones.

Esto puede significar que el rock como género continúa estando desplazado respecto, por ejemplo, al urbano y sus ramificaciones o también, puede ser una estrategia para lograr un mayor impacto con el producto real que lanzaron más tarde el 29 de septiembre.

Si usted ha tenido la posibilidad de ver el audiovisual/performance íntegro quizás le parezca monótono en el sentido de que los planos van variando según la lejanía o cercanía a una banda que permanece estática en un mismo sitio y al cantante y la muchacha que lo acompaña en la voz, quienes se desplazan muy ligeramente en el terreno que ocupan.

En críticas que los especialistas han hecho a los videos de orquestas, agrupaciones grandes o medianas que cuentan con un número superior a las cuatro o cinco personas, reincide el hecho de que los planos no presentan la variedad de locaciones, escenarios o los movimientos requeridos para el entretenimiento del televidente.

El caso específico de “El friky” apunta en su contra lo monocromático del clip y que el rock, por la esencia de la cultura cubana en el plano actual y los patrones de consumo, no constituye un género comercial.

Decíamos lo mismo de los clips que se filman en un escenario durante un concierto de un artista y luego se exhiben como producto audiovisual con algunas pequeñas ediciones. Pero tampoco se puede dejar a un lado el resonado presupuesto, o más bien la falta de capital para una gran producción, ni en particular que este constituye un anticipo de lo que será.

La función central de un clip resulta entretener, si usted como realizador o artista no cumple con eso, aunque la propuesta de la letra y los planos sean muy buenos, fallará en el resultado.

Al video de “El friky” de Adrián Berazaín podía habérsele incluido planos donde se mostrara a la comunidad friki en Cuba, entre otras ideas que el televidente, como máximo juez en esto del arte, visualiza durante los tres minutos y medio que dura el tema.

Y precisamente ahí es donde entra el video oficial, el cual incluye una serie de tomas que le aportan variedad, calidad y muestran las características de los frikis en el país desde las edades más tempranas hasta aquellos que llevan años siéndolo. Este clip, dirigido por Freddy Loons y el propio Adrián Berazaín, inserta al cantante en el Lucasnómetro con el rock como género a través de versos descriptivos en los que resuena la frase “Mano pa`rriba friki”.

Los colores mantienen despierto al televidente con el cambio movido de planos y escenarios, los cuales cambian a una escuela, estudios de tatuajes, cuartos decorados al estilo friki, gimnasios, el interior de un ómnibus, hasta el propio set donde se filma el gustado programa de televisión cubano Vivir del Cuento.

El grafiti, el arte corporal, el gesto del índice y el meñique levantados hacia arriba, la presencia de una moto y su conductor vistiendo una enguatada de la marca Harley Davidson, pullovers con el logo de la banda de rock AC DC, le aportan veracidad a lo que se desea contar con imágenes.

El video alcanza los tres minutos y medio y como dato curioso, por si aún no lo has visto, te contamos que el proyecto Lucas como casa de los audiovisuales en Cuba y de la música en general está incluido en algunos de los planos con el director Orlando Cruzata como rostro representativo del mismo. El hijo del joven cantante, Julián, también tiene una aparición especial durante unos segundos.

Al contrario del performance del que comenzamos hablando, en el videoclip oficial no hay presencia del blanco y negro, e incluso, la banda junto a su voz principal Adrián Berazaín, se desplaza por otras locaciones, lo cual enriquece la trama visual y añade dinamismo.

Entonces podemos afirmar que existe, afortunadamente, un contraste entre ambos videos, el performance como pie forzado y el clip oficial como despunte para cautivar y entretener, que a fin de cuentas resultan las funciones y razón de ser del audiovisual en cualquier parte del mundo.

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