Con Cuerdas del Alma, “Hasta Alicia baila”

Fotos tomadas del muro de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz

Escenas del audiovisual

El videoclip “Hasta Alicia baila”, de la agrupación espirituana Cuerdas del alma tuvo su estreno en esa ciudad el 12 de febrero del año que corre, fecha exacta en la que el proyecto musical, merecedor de la Beca de Creación El Reino de Este mundo, que entrega la Asociación Hermanos Saíz (AHS), cumplió su primer aniversario.

El videoclip “Hasta Alicia baila”, dirigido por el realizador Abdel Martínez Castro logra acercar la música instrumental, en particular el universo sonoro de la guitarra, a la vida cotidiana del cubano. Aunque por el título podría pensarse que hablamos de Alicia Alonso, el director de Cuerdas del Alma Luis Javier García aseguró en entrevista para el programa Lucas, que no tiene que ver con la Prima Ballerina Assoluta; se trata de una obra que nació fruto de la experiencia de Eduardo Martín (compositor de “Hasta Alicia baila”) con su vecina Alicia Perea, primera Presidenta del Instituto Cubano de la Música, quien fuera, además, profesora de la Escuela de Arte Ernesto Lecuona. Un homenaje merecido, con un videoclip singular y desenfadado.

“Hasta Alicia baila”, la pista musical compuesta por Martín en 2003 fue nominada a Mejor álbum clásico, en el Premio Grammy, otra razón para escogerla y convertirla en una producción audiovisual. Grabar durante tres días, en tres locaciones distintas (la residencia estudiantil de la Universidad de Sancti Spíritus, el espacio ocupado por el antiguo Café Colga’o que sirvió como cuartos donde conviven los protagonistas, y el cine Conrado Benítez) demandó del equipo de producción un alto ingenio y capacidad de adaptarse a los contratiempos propios de estos procesos creativos.

Según el director de la agrupación “escogimos ese tema pues tiene una gran dificultad guitarrística y emplea todos los elementos para la interpretación de la guitarra clásica (…) es una rumba llevada al plano de la música de concierto”.

El director del clip Abdel Martínez se hizo acompañar de los músicos Luis Javier, Gleibys, Karen, René y Roxana, junto a la actriz protagónica. Ellos vieron en la experiencia de grabación y actuación en pantalla, un reto en el que se estrenaron. ¡Siempre hay una primera vez! Y el resultado valió la pena.

 

La gira nacional que desarrollaron los jóvenes músicos entre el 16 y el 20 de julio por las montañas y pueblos de Topes de Collantes y Trinidad sirvió para promocionar el audiovisual que acerca la música académica a las rutinas cotidianas de una casa. La historia que narra el video gira en torno a Alicia (interpretada por la actriz María del Rosario Muñoz), la inquilina de un apartamento que podríamos ubicar en un barrio cualquiera, a la que los sonidos habituales la agobian. Una escoba roza contra el piso áspero, el choque de unos hierros mientras se intenta armar una bicicleta, el agua que cae sobre las plantas, las cazuelas… todo la abruma. Es entonces cuando unos vecinos músicos comienzan a sonar sus instrumentos de cuerda.

Quizás es en ese elemento percutivo y en la traducción que en fotografías y sonidos logra el realizador, donde el clip tiene su mayor ganancia. La complejidad guitarrística de la pieza musical queda expuesta aquí en acciones, que de tan cotidianas, pasan desapercibidas. Con la obra audiovisual, entonces, se resignifican los escenarios, objetos, labores hogareñas y la convivencia en su sentido más amplio. Aquí la rumba y la guitarra dialogan, tan amónicamente, que es imposible distinguir dónde empiezan los códigos sonoros de una o la otra.

Tender la ropa, recoger yerba chapeada, cocinar o barrer son el divertimento que durante cinco minutos y tantos hacen bailar a Alicia, quien recibe un sobre rojo por debajo de su puerta, se pinta los labios y se va al teatro a disfrutar la música del quinteto Cuerdas del Alma.

Por otro lado, a nivel audiovisual, resulta interesante el juego cromático que propone el clip; por un lado, la luz natural de las imágenes de la vida cotidiana, que aunque performáticas parecen casuales, y por otro el negro elegante y el vestuario formal de los músicos en el teatro. Ese contraste se cierra con un baile grupal y la acción de lanzar al aire los pañuelos de colores, elemento que distingue las rumbas de solar. Sin dudas, es una invitación abierta a bailar rumba y disfrutar la esencia rítmica de nuestra música sin distinción de géneros o escenarios.

     

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *